martes, 30 de octubre de 2012

REPERCUSIONES EN MÉXICO

Durante 2011 alcanzaron su madurez los principales procesos detonados por la agresiva política de seguridad pública iniciada en 2006. Después de un ascenso vertiginoso, los niveles de violencia se han estabilizado lentamente. En algunas ciudades incluso es posible identificar una recuperación sostenida, pero la dispersión geográfica de la violencia continua. Los cárteles siguen fragmentándose, pero Los Zetas y el Cártel de Sinaloa se perfilan claramente como las dos fuerzas dominantes y antagónicas en el panorama nacional. Luego de sus pasividad inicial, algunos gobiernos estatales desarrollan acciones para enfrentar la crisis de inseguridad en su territorio. Durante 2011 la violencia desplegada por los cárteles contra sus rivales, pero también contra autoridades y ciudadanos inocentes, continuó siendo el tema de seguridad pública de mayor atención mediática. Al concluir el año las ejecuciones vinculadas con el crimen organizado en el gobierno de Felipe Calderón eran cera de 51 mil. “La cifra de ejecuciones para 2011 puede establecerse en el orden de 16 mil 600, un 9% superior a la cifra de 2010. El análisis detallado de las cifras sugiere que la violencia tiende a estabilizarse, sobre todo si consideramos que de 2009 a 2010 las ejecuciones aumentaron 60%”. Desafortunadamente y a pesar de la solicitudes de ciudadanos, el gobierno federal se ha negado a actualizar la base datos de ejecuciones publicada el año pasado, lo que le permitiría a la comunidad académica, los medios de comunicación y a las propias autoridades realizar análisis más detallados y, con ello, comprender mejor fenómeno de la violencia y tomar decisiones más eficaces para contenerla o disminuirla. Domina el panorama, nuevamente, la intensa regionalización de la violencia, aunque 2011 registra cambios sustantivos en las tendencias. Mientras en Guerrero, Nuevo León y Veracruz la violencia creció a un ritmo acelerado, en el noroeste del país (Baja California, Sonora y Chihuahua) hubo importante disminución en las ejecuciones. Baja California y Chihuahua en 2001 abandonaron la categoría de la violencia, lo que sugiere que la crisis de violencia vinculada al crimen organizado siguen patrones cíclicos. Después de un incremento acelerado de la violencia la tendencia se revierte por el despliegue de las fuerzas federales y, en algunos casos, por la reacción de los gobiernos locales ante la exigencia de los ciudadanos. Sin embargo, ningunos de los estados de mayor violencia ha vuelto a las cifras de ejecuciones de 2007 y años previos. “Mientras Nuevo León, Tlaxcala, Veracruz, y Zacatecas registraron aumentos superiores al 100%, Baja California, Chihuahua y Sonora tuvieron disminuciones de más de 30%”36. Durante 2011 en Chihuahua registraron 80 ejecuciones por cada 100 mil habitantes. Yucatán sólo 0.01. El promedio nacional de ejecuciones por cada 100 mil habitantes es de 14.6, pero solo 9 estados rebasaron este promedio nacional, y entre otros nueve, el centro y el sureste, se registraron menos de tres ejecuciones por cada 100 mil habitantes. Previsiblemente, en el nivel destaca el aumento de la violencia en municipios de Guerrero, Nuevo León y Veracruz, donde hubo un repunte de las ejecuciones a lo largo del año. Sin embargo, en los casos de Acapulco, la zona metropolitana de Monterrey y la zona metropolitana de Veracruz.
Los tres municipios en los que más disminuyo la violencia fueron Ciudad Juárez, Tijuana y Chihuahua, tres de las cuatro ciudades más violentas del país. “Durante 2011 las ejecuciones en ciudad Juárez disminuyeron alrededor de 40%”37, debido a la presencia intensiva de las fuerzas federales en el municipio y al desgaste del Cártel de Juárez.

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