martes, 30 de octubre de 2012

CAPITULO II MÉXICO. UN PUENTE PARA EL NARCOTRÁFICO.

Ahora el narco a permeado todo y los barones de la droga no perdonan. Su ira es mucho más venenosa que cualquier otra forma de odio. Y es que dentro del negocio de las drogas pasarse de listo se paga con la vida. Con el surgimiento de Los Zetas y la expansión del cartel del Golfo, el sur del país terminó por el narcotráfico. Hasta la fecha sigue siendo importante para el tráfico de drogas. Lo anterior se refuerza con “el mapa criminal de la PGR, el cual indica que la droga proveniente de Colombia, Bolivia, Perú, Venezuela o Belice o descargada en Cancún. Mérida o en Ciudad del Carmen. Luego es llevada al estado de Veracruz y posteriormente hacia Tamaulipas, donde una red de operadores se encarga de cruzar los cargamentos por las aduanas fronterizas”.
“En la década de los 80 y 90 fue evidente el liderazgo desafortunado de Colombia en la producción de cocaína, misma que los campesinos cuidaban y procesaban. Esta pasaba por México entrando por diferentes sitios”. En otro aspecto, las fronteras son el paso obligado de las sustancias, tal como la pasta de coca que viene de Colombia, o de pastillas ya elaboradas que provienen de lugares como El Salvador, y que transitan por México para venderse en ele territorio o llegar a Estado Unidos. La otra problemática es la que surge del consumo de Estados Unidos, pues es el principal mercado de drogas en el mundo. Así, la frontera con México y Estados Unidos es la principal puerta de entrada de la producción colombiana y mexicana. En las aduanas, los puertos y los aeropuertos, la droga es transportada en múltiples formas: personas, autos, camiones que simulan el envió de mercancía legal como frutas, alimentos, productos en donde es posible esconderla. En el sur de México, la vigilancia es menos estrecha, ya que tanto los agentes aduanales como los de migración están coludidos en buena parte con los narcotraficantes, siendo menos estrictos en la revisión de mercancías y personas. Durante el gobierno de Vicente Fox cobro auge el uso de la red aeroportuaria del país para mover cargamentos de cocaína y dinero, siendo usadas las aerolíneas comerciales, sobre todo las que vuelan hacia Sudamérica y Estados Unidos, para transportar grandes volúmenes de cocaína. Esta práctica, bastante explotada durante el llamado gobierno del cambio, estuvo a punto de generar un escándalo internacional, pues “surgieron fuertes protestas en Venezuela debido a que durante los años 2005 y buena parte del 2006 el vuelo de Mexicana de Aviación procedente de Caracas solía arribar el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México repleto de paquetes de cocaína pura. Los cargamentos, sin diferencia alguna, eran vigilados por los agentes de la PFP adscritos a la terminal aérea, según señalan algunos reportes realizados por la Subprocuraduría General de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) que investigo el trafico de drogas en el aeropuerto Benito Juárez”.10 “A través del vuelo 374 de Mexicana, que tiene la ruta México-Venezuela-México, el envío de droga se convirtió en una práctica cotidiana de ese pías hacia el territorio nacional”.11 El periodo en que mayor cocaína se introdujo al país fue precisamente el que corresponde al pleito que protagonizaron los presidentes de ambos países, Hugo Chávez y Vicente Fox; choques políticos que sirvieron como una gran cortina de humo para disfrazar las buenas relaciones entre ambas naciones, sobre todo, en el comercio de las drogas.

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