martes, 30 de octubre de 2012
CAPÍTULO IV. REPERCUSIONES EN LA SOCIEDAD MEXICANA
La violencia desatada no es novedad. Lo que si es novedad es que incluso en lugares más imprevistos se masculla que se pasa por una crisis de valores. La impotencia de las instituciones estatales para detener los asesinatos es el suelo fértil donde el tema de la renovación moral ha germinado hasta instalarse en las sobremesas y entre los políticos incluidos los de la izquierda.
Pese a los esfuerzos del Gobierno mexicano por erradicar el narcotráfico, la lucha frontal continúa. Además, en un afán por desacreditar los esfuerzos gubernamentales, simultáneamente “en cuatro estados de la nación azteca, diversos grupos de hombres, mujeres y niños bloquearon puentes fronterizos, casetas de peaje, carreteras y calles para exigir el paro de acciones orquestadas contra la lucha antinarco por parte del Ejército y las fuerzas federales”. Con relación a estos hechos, gobernadores, congresistas y medios de comunicación mexicanos han coincidido en afirmar que las manifestaciones fueron organizadas y financiadas por narcotraficantes. Incluso, el gobernador de Nuevo Léon, Natividad González Parás, señaló al cartel del Golfo y a su brazo armado como responsables.
Por su parte, el presidente mexicano, Felipe Calderón, calificó de "bajas" las acciones de estas organizaciones criminales. "Fieles a su condición de cobardes, utilizan a mujeres y niños para sus mezquinos propósitos y actúan a traición", afirmó el mandatario mexicano. También pidió a las Fuerzas Armadas "cerrar filas" en la lucha contra la delincuencia y demandó no equivocarse porque los enemigos de México son los que atentan contra las instituciones, asedian a la sociedad, extorsionan y envenenan.
Los diputados y senadores han otorgado su apoyo al jefe del Ejecutivo. Sin embargo, lo exhortaron a efectuar un "esfuerzo adicional" en el combate a la delincuencia organizada para frenar la ola de violencia en el país y evitar el aumento de adictos en la nación.
El narcotráfico es una de las principales amenazas para la seguridad nacional del país, pues sus nefastas consecuencias son la corrupción, la violencia y afecta sensiblemente al medio ambiente. La corrupción que genera el narcotráfico afecta sobre todo a las instituciones encargadas de combatirlo, es decir, el Poder Judicial, la Fiscalía, la Policía, y también a la política. El narcotráfico utiliza a la
corrupción como su principal arma, de manera que se puedan transitar los cargamentos de drogas y de insumos químicos.
La violencia que produce el narcotráfico, muy conocida ya, origina enfrentamientos entre las bandas de los narcotraficantes, los cuales se generalizan a todos los sectores de la sociedad.
Además, “el narcotráfico utiliza los remantes de Sendero Luminoso, tanto en el Alto Huallaga, como en el VRAE, para asesinar a sus adversarios, para atacar a las fuerzas del orden y para transitar insumos”.
También son miles de toneladas de insumos químicos, “tales como kerosene, ácido sulfúrico, ácido clorhídrico, acetona y muchos otros insumos tremendamente nocivos que se derraman diariamente en los ríos y bosques de la selva de nuestro país y que afectan a nuestra población, muchas veces la gente no se da cuenta, pero está consumiendo agua o productos contaminados por los desechos del narcotráfico.
Los narcotraficantes actúan drogados cuando asaltan, cuando matan, cuando roban, y en otros casos cometen delitos, roban, matan, para conseguir dinero para satisfacer su necesidad de droga, por eso el narcotráfico es uno de los principales peligros que tenemos y también es probable que sea la principal amenaza a la seguridad nacional.
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