martes, 30 de octubre de 2012

POLÍTICOS QUE INTERVIENEN EN EL MANEJO DEL NARCOTRÁFICO

El presidente Felipe Calderón ha dicho que todo el peso de la ley caerá sobre la narco política, ese vínculo tan estrecho entre el poder y el crimen organizado. ¿Por qué esta declaración ahora? ¿Qué impacto tiene en el sistema político mexicano? Todos sabemos que existe pero nadie quiere hablar de ella. Tocar el tema de narco política es un tema tabú en los medios y en la política, debido a las implicaciones que tiene, no solo "tocar" o mencionar a los poderosos, sino ponerles obstáculos. Ya lo dijo el presidente, no tiene los elementos jurídicos - es decir las evidencias concretas - para señalar a nadie; sin embargo, es claro que muchos políticos están protegiendo y favoreciendo al narcotráfico para que les den poder y mantengan sus ganancias políticas. Por ello, muchos de los operativos del gobierno federal han fracasado, debido a que tienen que lidiar con esta grave problemática de filtración interna de información, costándole más dinero al estado. La declaración del presidente Calderón llega en momentos donde un diputado federal del PRD - Bejarano - se encuentra prófugo de la justicia, y aunque tiene fuero, ya está señalado por los medios y la opinión pública. En este momento, el estado tiene una oposición de fuerza al matar a uno de los capos más importantes y apresar a varios en las últimas semanas, la batalla contra el narco a dado un giro. Mientras las bandas se pelean para reorganizarse, sin las cabezas, es decir, sin interlocutor directo para los políticos, los narco políticos se encuentran desamparados y desprotegidos y el presidente espera que caigan por sí solos o se revelen ante la circunstancia Sin embargo, es evidente que "tocar" a los narco políticos significa golpear las estructuras partidarias, romper acuerdos y generar más estabilidad ¿Podrá el presidente Calderón? Hasta ahora ningún político mexicano importante ha sido apresado por vínculos probados con el narcotráfico. No obstante, existen evidencias claras que apuntan a una estrecha relación entre ellos y que probará el presidente. Si lo hace, podrá debilitar a las estructuras, los grupos políticos y los candidatos para la sucesión presidencial o las campañas electorales en puerta. En suma, el presidente está haciendo una advertencia a que los narco políticos se alejen, se neutralicen y dejen a un lado estos vínculos, por que la fuerza del estado ahora apunta hacia allá. Mas vale advertir antes de generar la inestabilidad. Sin embargo, lo cierto es que el presidente está guardando esos ases bajo la manga y el año entrante en la elección del Estado de México muchos de ellos saldrán a relucir. Los tres grandes partidos políticos mexicanos hacen campaña en el estado de Michoacán, pero algo que no figura en las papeletas es lo que está en la mente de todos: los carteles del narcotráfico. En este estado agrícola conocido por sus aguacates, su marihuana y sus metanfetaminas, los traficantes están poniendo a prueba la democracia mexicana, apelando a sobornos, intimidación y marchas callejeras para influir en las elecciones para gobernador, la legislatura y las 113 alcaldías. Si bien la narco política se hace ver en otros estados, en ninguno tiene una presencia tan grande como en Michoacán, donde la campaña electoral ya ha registrado el secuestro de nueve encuestadores, el asesinato a tiros de un alcalde y el retiro de al menos una docena de candidatos por temor al crimen organizado. Fausto Vallejo, candidato a la gobernación del Partido Revolucionario Institucional, dijo que no le preocupa tanto su seguridad personal como la de los candidatos a alcalde. El cartel dominante, el de los Caballeros Templarios, y lo que queda de La Familia han amenazado a candidatos, presentado candidatos propios y promovido protestas, a veces comprando votos con dádivas. El PRI, que gobernó el país durante 71 años hasta que fue destronado en las elecciones del 2000, lleva a cabo una enérgica campaña para tratar de recuperar la presidencia el año que viene, pero Calderón ha sido acusado de negociar con los carteles para garantizar la paz. Denuncias de que algunos candidatos son narcos disfrazados hicieron que varios aspirantes a cargos públicos solicitasen a fiscales federales cartas corroborando que no tienen antecedentes penales. Dado que Michoacán produce drogas y es un punto clave en su traslado hacia el norte, “los carteles le prestan mucha atención a las elecciones de alcaldes, según el analista político Raymundo Riva Palacio”. La penetración de la narco política no alcanza por ahora los niveles que se vieron en Colombia en la década de 1990. Los traficantes colombianos ayudaron a financiar la campaña de 1994 del ex presidente Ernesto Samper y realizaron una ola de asesinatos de jueces y políticos para bloquear una ley de extradiciones. En marzo desconocidos mataron a tiros al jefe de la policía de La Piedad José Luis Guerrero, quien había asumido apenas hacía un par de meses. Su sucesor, “Miguel Angel Rosas Pérez, fue reclutado de la policía federal, que está mejor entrenada, y también fue blanco de un atentado. Más de 40 individuos armados llegaron a su unidad en una caravana de diez vehículos en julio, le dispararon al edificio y tiraron granadas. Rosas Pérez sobrevivió”. Los alcaldes son protegidos por policías locales mal pagados y mal equipados, y son muy vulnerables a las presiones de los carteles. A nivel nacional han sido asesinados 25 alcaldes en los últimos cinco años. El líder estatal del PAN Germán Tena dice que seis candidatos de su partido se han retirado de elecciones a alcalde. También renunciaron dos candidatos del Partido Revolucionario Democrático y el líder estatal de esa agrupación Víctor Báez sospecha que se debió a amenazas de los carteles. El PRI niega que sus candidatos sean los favoritos de los carteles y, como prueba de ello, Vallejo señala que todos sus candidatos a nivel estatal y municipal tienen cartas corroborando que no tienen antecedentes penales ni investigaciones pendientes. Pero eso no funcionó en el caso de Saúl Solís Solís, un ex jefe policial de 49 años considerado uno de los principales capos de los Caballeros Templarios. Solís se postuló al congreso nacional en el 2009 por el Partido Verde y terminó cuarto en su distrito a pesar de haber sido acusado de varios ataques a militares y a la policía federal. En uno de esos ataques, en mayo del 2007, murieron un oficial y cuatro soldados. Pocos meses después se ofreció una recompensa de 1,1 millones de dólares por información que facilitase su captura. En vista del poder que tienen los carteles, cuesta entender por qué alguien arriesga su vida para ser alcalde en Michoacán. En el 2009, Godoy Toscano, un supuesto aliado de un cartel local de Michoacán, ganó una banca en el Congreso nacional, pero fue expulsado tras circular grabaciones en las que alguien que se supone que es él hablaba con el líder de entonces de La Familia Salvador Gómez, “La Tuta”. Toscano quedó prófugo luego de ser acusado de colaborar en el tráfico de drogas y el lavado de dinero y La Tuta fundó los Caballeros Templarios, que han reemplazado prácticamente a La Familia. Godoy Toscano es medio hermano del actual gobernador de Michoacán Leonel Godoy, lo que alimenta las sospechas de que los carteles tienen influencias en el manejo del estado, aunque el gobernador dice que rara vez ve a su hermano y que lo instó a que se entregue. Los esfuerzos por arrestar a narco políticos de Michoacán han sido un desastre. En el 2009 los fiscales dispusieron la detención de 12 alcaldes michoacanos y de otros 23 funcionarios locales y estatales bajo sospecha de que amparaban a La Familia. Para abril, todos habían sido exonerados. Los fiscales acusaron a un juez de haber actuado irregularmente en la exoneración de uno de ellos, pero los alcaldes dicen que las acusaciones eran débiles y a menudo basadas en lo que dijo un solo informante. El ciudadano común no avizora demasiados progresos en la lucha contra la narco política en Michoacán. “¿Más seguros? Cada vez nos sentimos más inseguros, pero no podemos hablar de eso, porque siempre están escuchando”, expresó un mecánico llamado Josué en un pequeño restaurante de Maravatio, localidad agrícola del este de Michoacán. Los Caballeros Templarios, un cartel pseudo religioso especializado en el tráfico de metanfetaminas, está experimentando distintas formas de ganar control político y social. En remotos pueblos de montaña como Arteaga, de donde es oriundo “La Tuta”, el traficante es una figura popular. Los residentes dicen que este ex maestro de primaria es un individuo humilde, derecho, que lucía huaraches y prestaba dinero si un familiar necesitaba atención médica. En focos de intensa actividad del narcotráfico como Apatzingán, el cartel es tan fuerte que ha realizado marchas con la participación de cientos de personas que exigen el retiro de la policía federal. Algunos de los participantes pintaron consignas como “Templarios 100%” en sus ropas. Las marchas fueron convocadas para protestar supuestos abusos de las fuerzas federales contra la población local, incluidos tiroteos y revisiones injustificadas. El general Manuel García, secretario de Seguridad Pública de Michoacán, afirmó que los carteles pagaron a la gente para que protestase. Y si están dispuestos a pagar para que participen en marchas –García dice que el cartel controla a la gente “ya sea por dinero o por miedo”— también podrían estar dispuestos a pagar u ordenar a la gente que vote por determinado candidato.

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